Quien tiene un amigo...

Hoy os voy a contar una historia que os va a servir para ver lo que se llega a hacer por un amigo...

Os pongo en antecedentes. Hace ya bastantes años, al poco de comenzar mi relación con Lois, Toni me invito a pasar unos días en la playa con su familia. Como he dicho antes, llevaba poco con mi novia, así que, después de varias discusiones, conseguí irme yo sólo.

Cuando llegué, Toni llevaba ya algunos días preparando el terreno, y esa misma noche había quedado con un grupo de gente, entre ellos una chica que había conocido y que le gustaba bastante. Obviamente, para que yo fuera contento, dijo esa frase clave: "van a ir varias amigas". Allí estaba Clark emperifollao, expectante con lo que se iba a encontrar...

Y lo que se encontró fue un grupo de 6 tios y sólo 2 chicas. Había una morena que no estaba mal, y la otra era un regalo, por el cual posiblemente los padres pagaban un impuesto especial para que pudiera salir a la calle. Ya os habréis dado cuenta que ESO era lo que me tocaba, puesto que la primera chica era la que llevaba currandose Toni varios días.

Lógicamente se me vino el alma abajo, porque aquello no había donde cogerlo. Fijaros como era la susodicha, que a mitad de la noche, tras haber caído un botellón y alguna que otra copa en algún local, se me acercó Toni y me dijo: "Tío, habla algo con la amiga que esta aburrida, y le está diciendo a Rocío (así llamaremos al rollo de Toni) que se quiere ir ya". Coño, 7 tíos, y ninguno le hacía puñetero caso. Pero bueno, Toni era mi amigo y le tenía que echar un capote. Realmente, yo había bebido ya un poco, y ya empezaba a no ser tan fea... 2 ó 3 copas más y creo que hasta podría rozarme un poco con ella... Pues nada, allá que fui, y me puse a hablar con Macarena (así llamaremos al encanto). Estuvimos hablando un rato, y la verdad es que la chica era hasta simpática, o por lo menos era la impresión que me daba, así que creí que se merecía el bailar un poco. Ahí ya la pobre se emocionó del todo, y se desató. Yo viendo la hora que era, y las pocas alternativas que había, decidí terminar de hacer el favor a Toni (y a ella), y entré a saco. Total, terminamos en parejitas, Toni con Rocío, y yo con Macarena. Buen final de noche...

Pero el comienzo de una mala pesadilla. Toni se tiró todas las vacaciones medio enamorado con Rocío, y claro, ésta pues sacaba a pasear también a Macarena.

Por Dios, la simpatía de la primera noche se transformó en un agobio físico y psicológico que me producía hasta ardores. Que cosa más pesada. Es que no se despegaba de mí. Y cómo hablaba. No he visto una persona hablar tanto y decir más tonterías, y sin parar a respirar. Supongo que en casa la tenían encerrada todo el día en el cuarto, y en el pueblo donde vivía como la conocería todo el mundo, pues huían cuando la veían. Lo estoy pasando hasta mal contándolo. Yo ya no podía mas, pero menos mal que había decidido estar pocos días en la playa...

Así que llegó (por fin), la noche de la despedida. Toni se quedaba, pero yo me iba al día siguiente, así que quedamos una última noche. Estuve toda la noche ya pasando de ella, puesto que el papel se había acabado, ya no la volvería a ver más. Bueno, pues más pesada se ponía. No me lo podía creer. Pero el remate fue que me coge y me dice: "salgamos de este local, que quiero hablar contigo a solas". Me saca de allí, bajamos a la playa, y me dice que quiere darme una despedida especial. Por dioooooos, noooooo, que harto estaba ya de esa tía. Y ya me puse en plan cabrón, ya no aguanté más. "Macarena, si te soy sincero, es que no tengo ningún interés en tí. Sinceramente no me gustas". Esas fueron mis palabras, a ver si me dejaba esa noche en paz y podía disfrutar un poco. JAAAAAA. Una leche. Peor fue. Me empezó a decir que daba igual, que ya mañana me olvidara de ella, pero que quería... como diría yo, hacer "guarreridas españolas". Media hora me tiré intentando explicarle que pasaba de ella, que no me gustaba, que lo que quería era ahogarla allí mismo, pero es que no, que no se quería enterar. Por fin conseguí escapar de allí, y meterme de nuevo en el local donde estaba Toni, para decirle que me largaba de allí, que no podía aguantar más. Me fui a su casa, y no salí de allí hasta que cogí camino para Metrópolis. Hasta hoy, no he vuelto a saber nada más de ella.

Así que, Toni, aprende lo que es la amistad. A partir de ese día yo también aprendí: Los favores, sólo de una noche. A partir de ahí, no son favores, son putadas.