23 septiembre, 2006

La primera vez

En cada post, por ahora, os vaís a encontrar tres apartados. El primero, mi vida actual. Mi día a día. El segundo, consejos de cómo llevar esta vida. El tercero, capítulos anteriores de mi vida, de cómo llegue hasta aquí.

. Bueno, he empezado este blog un sábado. ¿Casualidad? Es probable. La idea la llevaba en la cabeza ya tiempo, y hoy me he decidido. Hoy supongo que habrá fiesta. Llevo toda la semana sin salir y lo necesito. Aunque estoy realmente arruinado, creo que algo podré hacer. Siempre se puede hacer algo. No sé exactamente qué haré. Por un lado, el jueves me mandó un sms Luis, mi compañero de juergas, (no confundir con un amigo, simplemente compañero de juergas) para tomar algo, pero quería reservarme para el fin de semana. No podía quedarme sin dinero tan pronto, así que quedamos para hoy. Su novia trabaja el domingo temprano, así que tiene vía libre. Pero por otro lado, está Remedios, el Guadiana, porque entra y sale de mi vida. El destino hace que de vez en cuando nos encontremos, y volvió a aparecer hace 10 dias. Quedamos para el sábado pasado, y no sé si llamarla para hoy. Las dos opciones no las puedo elegir, ya que no se llevan demasiado bien Reme y Luis (Luis no es indiferente para nadie, y en este caso ha sido para mal). En esta época lo que pasa es que es difícil salir, ya que la gente no sabe si ir a los sitios de invierno o de verano. Los propios empresarios tienen los dos sitios abiertos, y ahora salir es un poco una lotería.

Creo que lo que haré es llamar a Reme a ver si sale con su hermana Raquel. Ésta última está bastante metida en la noche y sabrá por donde moverse. Si no salen, llamaré a Luis. Si ha quedado con su amigo Daniel, supongo que terminaremos en un puticlub. Pero no os asustéis. No subo con ninguna chica. Me limito a tomar un par de copas, hablar con algunas chicas y cogerles el culo. Es el final de noches que no han salido bien.

Mañana os contaré cómo me ha ido.


. Consejo 1: La moral. Este consejo es fundamental. Es muy importante que echéis a ese angelito pesado que teneis en la conciencia. Con esto no le faltáis el respeto a vuestra pareja, ni la estáis dejando de querer. Lo que estáis haciendo es quereros a vosotros mismos. Tenéis que pensar en vuesta vida, en vuestra felicidad, en vuestra libertad. Una relación con una mujer termina por acaparar cada minuto de vuestra existencia. Poco a poco, día a día, dejáis de pensar en singular, pasáis a pensar en plural, y termináis pensado en tercera persona. Eso es triste. My triste. Guardaros aunque sea un poquito. No entreguéis entera vuestra alma. Guardaros esa chispa, ese rayo de vida. Todos lo hemos vivido alguna vez. No hay nada mejor que llegar a casa y haber sentido una mirada que se clavaba en tu alma. Nada mejor que haber tenido una conversacion con una chica que acabas de conocer. Nada mejor que haber sentido que le has gustado a alguien. No ha hecho falta ser infiel. Solo el sentimiento de haber ligado, de saber que le has gustado a esa morena que te miraba sin cesar, de haberte apuntado el movil de una rubia espectacular. Eso es la vida. Esos momentos , o estar de risas con tus amigos una noche de verano en una terraza de una gran ciudad, o el momento de mandar un sms a una chica con la que sabes que puede haber algo más... No renuncéis a eso. Porque eso es lo que nos mantiene vivos. Cuando tengas 60 años, recordarás esos momentos como lo mejor de tu vida. Podrás haber tenido 2 mujeres, 4 niños, 10 trabajos, 30 vacaciones en la playa... pero los recuerdos que te harán sonreir serán esos. Tenlo en cuenta. Arriésgate.

. Quisiera contaros la primera vez que salí por la noche de estrangis, pero sinceramente, no me acuerdo. Pero os voy a contar mi primera aventura. Ocurrió a los 2 ó 3 mese de empezar mi relación. Meses antes de conocer a mi novia, una noche conocí a una rubia espectacular, Sandra era su nombre. Yo iba con un tio, bastante capullo, de estos a los que te agarras cuando no hay otra alternativa, pero que conoce a mucha gente de la noche. Estábamos en la zona VIP de una conocida discoteca de Metrópolis y vimos a dos chicas bastane atractivas. Él apuntó a hacia una de ellas, una morena, muy guapa. Y me presentó a su amiga. Bufff. Estuvimos hablando un buen rato hasta que se tuvieron que ir. Me dijo que trabajaba en un bar de copas de la ciudad los viernes. Tras las pertienentes 2 semanas de rigor, fui con varios amigos a ese bar. Allí estaba ella, pero no me hizo mucho caso, la verdad. Antes de irnos, conseguí su móvil. La semana siguiente le mande un sms, pero no me respondió. Fin de la historia...?

Pues no. Un buen día, estando yo ya con Lois recibí un sms suyo. Me quedé frío. Me decía que le perdonara por no haberme contestado, pero que había estado liada. Quería que quedáramos un día. Joder, me hice un lío ¿Qué hacía? Por un lado estaba muy bien con Lois, me encontraba muy a gusto, pero por otra parte, no llevaba mucho tiempo. ¿Y si estaba dejando pasar a la mujer de mi vida? No quería arrempentirme el resto de mis días de no haber quedado con ella, así que quede entre semana para tomar algo. Seguía tan guapa como cuando la conocí, pero ya esa primera vez me di cuenta de que no había feeling, por lo menos por mi pate. Me aburrí bastante, y estaba loco por irme. Aún así quedé con ella para ese fin de semana. Pro aquel entonces yo todavía podía salir alguna vez con mis amigos, y así lo hice. Quedé con mi mejor amigo, Toni, que por aquel entonces estaba soltero, y con Juan, otro gran amigo, que estaba empezando una relacion, como yo (por cierto, ya está casado). Ellos no conocían a Sandra, y la primera impresión fue desde luego positiva. Estuvimos en varios bares de la ciudad, y finalmente, ocurrió. Nos besamos. Sinceramente, mi objetivo con ella se quedaba en aquella madrugada. no tenía mas intenciones. Además, me cortó que la ví un poco emocionada, pero por aquel entonces hasta mis amigos se habían dado cuenta de que estaba pelín mal de la cabeza. La cagaba bastante y bebía demasiado.

Al terminar la noche en mi coche, y llevarla a su casa, le dije que la llamaría. Pero no lo hice. Aquello ya había terminado.

Al mes más o menos me la encontré en el mismo sitio donde nos besamos por primera vez. La saludé, y me quise excusar por no haberla llamado. Me dijo una frase que nunca se me olvidará: "No me tienes que dar explicaciones, tranquilo. No había ningún compromiso". Me dejó marcado con la naturalidad que me lo dijo. Quizás fueron las palabras mas coherentes que le escuché. Eso me hizo pensar que quizás la había infravalorado, y que sus metidas de pata se debían a los nervios. Nunca lo sabré. Con el tiempo la he vuelto a ver alguna vez, aunque ya no nos hemos saludado. Ha pasado a ser un bonito recuerdo.