09 octubre, 2006

Esta vez no fue culpa mia

Hoy voy a contar una "noche loca" que vivimos Toni y yo hace unos años, creo que unos 3 más o menos. Son de estas que no planeas, pero que al final salen bien, o casi. Aquella noche fui a ver a mi novia, pero aunque parezca cutre, tuve que ir en autobús, porque tenía el coche en el mecánico. Era viernes, y el último autobús salía a la una o algo asi. Anteriormente me había llamado Toni, ya que había quedado con Juan y la novia para tomar algo. Se lo comenté a Lois, pero no le convencía, asi que tampoco insistí. Estuvimos cenando, y cuando me quise dar cuenta, la hora se me había echado encima. Fui corriendo a la parada, pero cuando llegué, ya había pasado. Me tocaba ir en taxi, o sea, un pastón. Pero esta mente maravillosa empezó a trabajar. El local donde Toni y compañia estaban no quedaba muy lejos de allí (a unos 10 min. andando), así que podía pasarme, tomarme una copita, y que luego Toni me acercara a mi casa. Era más barato, y más interesante.
Cuando llegué, primera sorpresa. Fiesta de Johnnie Walker. Te tomabas una copa y te podías hacer unos fotomontajes guapos. Cuando nos dimos cuenta, estabamos vestidos de jugadores de paddle y tonteando con las azafatas (todavía conservo la foto, eso sí, escondida). Hay noches que por alguna razón que desconoces, estás inspirado. Te sientes "fácil". Eres capaz de acercarte a cualquier chica y soltar algo ingenioso. Y esa era una de ellas.
Cuando la cosa empezó a aflojar allí, ya no nos paraba nadie. Juan se fue con su novia y Toni y yo decidimos ir a unos de los clásicos de la noche de la ciudad. Cuando llegamos el panorama era bastante desalentador. La proporcion de hombres y mujeres era de 10 a 1. Me matan esas situaciones en las que los tios van a saco. Están en cola. Pero Toni yo tenemos más clase. Nos fuímos a la pista, y simplemente nos pusimos a bailar. A los pocos minutos me fijé en dos chicas que tenían alrededor un grupo de tíos desesperados. Entonces utilicé mis dotes de dancin'. A Toni hay que reconocerle las ganas, pero no está entre sus cualidades el moverse en la pista. Cuando me di cuenta estaban las dos pegadas a nosotros. Hay noches que está uno facil...
Yo me empecé a trabajar a una morena. Realmente eligieron ellas, como de costumbre, porque a nosotros, llegado el momento, nos daba igual una que otra. Toni se quedó con la rubia. Tras unos bailes, y al ver el poco ambiente reinante, decidimos cambiar de garito. Nos fuimos a otro más grande, a las afueras de la ciudad. Si os soy sincero, del ambiente que había ya no me acuerdo. La tía no tardo mucho en abalanzarse sobre mí. Era tarde, y no se podía perder mucho el tiempo.
Nos fuímos a una zona un poco más tranquila. Por otro lado, Toni no tardaría mucho en enrollarse con la suya, porque la tía le estaba literalmente acosando.
En el momento en el que me puse ya malo, pero malo, le comenté que no había llevado el coche, y la chica me comentó que ella tampoco, que iba en el de la amiga. Le propuse que Toni me dejara el suyo, y que ellos se fueran en el de la amiga. Pero solté algo mejor: Ir a un pequeño apartamento que tenía Toni. Lo de apartamento es por decir algo, porque es un sitio donde la familia guarda los caharros, pero que lo tenía el tío preparado. Y ella aceptó. Por ella no habría ningún problema.
Ahi me puse ya malo del todo. Fui a buscar a Toni, y cuando lo encontré, algo no funcionaba: Había unos dos metros de distancia entre ambos. Pasé del tema y se lo comenté: "Tío, vamos a llevarnos a las tías a tu apartamento, que vamos a liarla". Su respuesta fue: "Clark, tío, es que a mí la rubia no me gusta mucho. Es muy pesada, y lleva dos horas cantándome en la oreja todas las canciones que están poniendo. Hasta las que son en inglés. Coño, que parece un karaoke". Me quedé helado. ¿Toni estaba rechazando una juerga así porque la tía le cantaba todas las canciones?. No me lo podía creer. Le insistí todo lo que pude, pero el tío se negó en redondo. La tía era una plasta de cuidado.
Le comenté el tema a la mía, y claro, ya se había jodido la situación. Ninguno de los dos teníamos coche, y cada vez se hacía más tarde. Se me pasaba otra oportunidad, pera esta vez no era culpa mía.
La chica me dio su número, pero nunca la llamé. A Toni le perdoné rápido, al fin y al cabo, sólo era un polvo.
Esta fue de las últimas historias con Toni. Desgraciadamente, ha dejado de ser un "compañero de juergas", para pasar a ser un "amigo" con el quedo en parejitas y eso. Ya estamos pensando en su despedida de soltero. Otra baja más.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que mamón, es que lo que me pedías no tenia nombre, pretender que me “ponga” un altavoz con tetas necesita demasiadas copas.
Por cierto, de baja nada, que todavía me queda mucha guerra que dar.

Toni

7:02 p. m.  

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